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“El baile de la momia” es una historia nada sencilla, contada con imágenes de animación sencillas, sobre una crisis de identidad. En varios episodios numerados, introducidos por títulos escritos a mano, conocemos a la momia, una cabeza envuelta en gasa, que parece representar a una mujer cuyo verdadero yo interior se mantiene cuidadosamente reprimido. En uno de los primeros episodios, se le monta en la cara un sucedáneo de identidad femenina a partir de labios, ojos y narices tomados de anuncios y de la televisión. Humorísticamente, la momia pasa por episodios superbreves de huida a una isla paradisíaca y de “accesorización” con peluca y gafas de sol.
Cuando la momia aparece en la imagen de un monitor de televisión (¿presa de las imágenes de los medios de comunicación?), lanza su cara contra el interior de la pantalla con tanta fuerza que el televisor se cae de la caja en la que está colocado. Después de este acto mágico, la momia reaparece con un rostro sabio pero cínico y un cuerpo esbelto y giratorio, para bailar triunfalmente. De alguna manera, este fantasma en la máquina ha conseguido, por pura fuerza de voluntad, forjar su propia identidad a través de los fragmentos de una cultura televisiva en ruinas.
Mono bailarín
En el vídeo se ve a Characula en su exuberante castillo, atiborrándose de tarántulas y succionando el alma de un cuerpo momificado para alimentar sus deseos demoníacos. Un grupo de bailarines faraónicos lleva la “Danza de la momia” a su punto álgido, y el espectador queda seducido y fascinado, casi hipnotizado por la danza.
La “Danza de la momia” ofrece una personalidad más grande que la vida, una estética visual agradable a la vista y suficiente imaginería vanguardista para captar las mentes retorcidas y los corazones negros del público de Characula. Camina como un egipcio, machaca como un monstruo y, en sus propias palabras, tiene un sonido que es “una mezcla de metal, baile y el viejo autocine”.
Sobre la autoraLisa lleva escribiendo más de 20 años, empezando como redactora de entretenimiento en el periódico de su universidad. Desde entonces ha escrito para Popwrapped, Maximum Pop, Celebmix y ListenOnRepeat.
El baile de la momia
del momento
Puede que las momias sean habituales en Halloween, pero cuando Disney Channel interviene, las criaturas no muertas cobran vida propia. Justo a tiempo para la fiesta llega “Under Wraps”, una película sobre una momia de 4000 años llamada Harold (Phil Wright) que es devuelta a la vida por tres amigos.
Dado que Harold sólo habla a través de una serie de gruñidos, la experiencia de Wright como bailarín y coreógrafo fue clave, ya que utiliza la fisicalidad para ayudar a definir al personaje. El guionista y director Alex Zamm proporcionó a Wright una referencia personal al describir cómo se imaginó el papel, relatando cuando su hijo era “un niño estreñido que caminaba de esta manera, torpemente hacia delante, tambaleándose siempre fuera de equilibrio”.
Aparte de las grandes pinceladas de inspiración en la comedia física, el aspecto de Harold fue creado por el diseñador de efectos de maquillaje Joel Echallier de forma que permitiera a Wright la mayor adaptabilidad posible. Echallier aumentó la cara de Wright con silicona fina en las partes que asomaban a través de las envolturas de momia del traje. Se optó por este material, en lugar de una prótesis de látex más gruesa, para permitir un mayor movimiento y expresión mientras Wright actuaba. También llevaba una dentadura especial y lentillas de colores para el papel. Todos ellos se convirtieron en componentes esenciales para humanizar a Harold.
Canciones de mamá
“Siempre me había apoyado y me preguntó si había reservado una película. Le dije que no. Me dijo: ‘¿Y si no trabajas en los próximos ocho meses?’ Y yo le contesté: ‘Aunque tarde dos años, siento que tengo que comprometerme con esto como es debido’. Me dio su bendición, y tardé dos años, como dije, en conseguir Kingsman – y es desde entonces que las cosas han cambiado”.
Esa antigua jefa era Madonna: Boutella había sido una de sus bailarinas de apoyo durante seis años, actuando en numerosos vídeos musicales y en la Super Bowl de 2012. La bailarina de origen argelino no era ninguna novata en la interpretación: había hecho varias películas en Francia cuando era adolescente, había protagonizado la película de baile británica Streetdance 2 y fue la protagonista del vídeo póstumo de la canción de Michael Jackson “Hollywood Tonight”.
Sin embargo, el físico nervudo de Boutella no le vino mal para el papel de secuaz de Samuel L Jackson en el inesperado éxito de Matthew Vaughn Kingsman: El servicio secreto, de Matthew Vaughn; ni para el papel de la guerrera alienígena Jaylah en Star Trek: Más allá. Ahora asume el papel principal en el reinicio de La momia del director Alex Kurtzman, que reimagina al monstruo de las vendas de antaño como una princesa egipcia resucitada que alberga un rencor de 2.000 años de antigüedad.