Danza folclórica aragonesa: Jota de Teruel
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¿Cuáles son las danzas tradicionales de Visayas Occidental?
Las actuaciones de danza consistieron en “Sinakiki”, “La Jota San Juaquiña”, “Dagit-Dagit” “Binasuan “y “Kumakaret “y “Kiriwkiw”. La cultura de las Visayas Occidentales se mostró y reintrodujo con éxito durante las actuaciones, a las que asistieron funcionarios de la UPV y entusiastas de la música cultural.
¿Qué es el baile de La Jota?
jota, baile de cortejo tradicional del norte de España, sobre todo de Aragón; también es un género de canción popular que precede y acompaña al baile o sólo se canta. La pareja baila con los brazos en alto y chasquean las castañuelas mientras ejecutan pasos alegres y saltarines al son de la guitarra y el cante.
JORCAS. El baile de Jorcas
Acompáñenos en nuestro viaje a Teruel para participar en las Bodas de Isabel: un renacimiento de la historia de los “Amantes de Teruel” y el mayor mercado medieval de España. Es como trasladarse al año 1217, y no sólo por los trajes históricos de los más de 17.000 participantes. Las calles de Teruel se convierten en calles de una ciudad medieval, llenas de actores, bailarines, jinetes, etc. que organizan diferentes actos, como bailes tradicionales, animaciones, exposiciones, música en directo, etc. Es el momento perfecto para visitar Teruel y disfrutar de una experiencia única en la vida.
Retroceda a otro siglo El último día de estas fiestas, los turolenses se emocionan con un acontecimiento especial: el famoso beso en honor a los Amantes de Teruel. Pero antes veremos, por ejemplo, el “romance del ciego” y la “oda a los amantes”. Echa un vistazo al vídeo de YouTube.
Danza folclórica aragonesa: Jota de Aragón
Me encantó tener la oportunidad de explorar Teruel el pasado mes de marzo, una de las ciudades menos conocidas de España. El friki de la arquitectura que llevo dentro no se cansaba de admirar los deslumbrantes campanarios mudéjares de inspiración islámica, y el jamón ibérico, barato pero de calidad, hizo las delicias de mi estómago y mi cartera. A menudo tenía la sensación de ser el único turista en esta aislada capital de provincia, ya que disfrutaba de la oportunidad de conocer la región de Aragón a mi manera, sin hordas de excursionistas ni menús que me ofrecieran paella y sangría.
En algunas partes del país hay cante tradicional -el flamenco de Andalucía-, en otras hay baile -la sardana de Cataluña-, pero esta ciudad es única porque sigue contando su famosa leyenda de los Amantes de Teruel. Los Amantes de Teruel es la historia de dos amantes enamorados que se remonta a una tradición de 800 años de antigüedad y que hoy en día cualquier niño turolense en edad escolar podría recitarle. Si los Amantes de Teruel existieron realmente en la vida real es un tema de debate (más sobre esto más adelante), pero primero, sentémonos todos en círculo para la hora del cuento.
Danza folclórica aragonesa: Jota de Teruel
ResumenLa trashumancia estacional del ganado, los movimientos ascendentes y descendentes del ganado para huir de los rigores del invierno, hacían que los pastores de la comarca de Teruel, en España, pasaran más de seis meses lejos de sus hogares. En este artículo se analizan las profundas culturas populares que se han transmitido de generación en generación entre estos pastores, verdadero grupo cultural, así como la cosmovisión y religiosidad popular propias de este colectivo, hoy desaparecidas. También analizamos las estrategias utilizadas para afrontar el peligro y los riesgos en un trabajo liminal, en los límites de lo desconocido.
El mundo del pastor era un territorio impreciso que no se podía definir fácilmente. Pero, sobre todo, era un espacio más allá de lo conocido y controlado. Los pastores no centraban su mundo, sus puntos de encuentro, en la plaza del pueblo, en el bar o en el “casino” local, en la propia iglesia… Los pastores no dormían en casa, no comían con otras personas, no compartían acontecimientos sociales ni esos momentos en los que la comunidad se vinculaba y construía un sentimiento de pertenencia. Los pastores simplemente no pertenecían. Así lo cuenta Joaquín Pablo, de Higueruelas: